lunes, 29 de diciembre de 2008
CORTEZA TERRESTRE
Corteza terrestre
Capas terrestres, en un dibujo esquemático.
Se denomina corteza terrestre a la capa más superficial de la estructura de la Tierra; su espesor varía de 30 km, en el fondo oceánico, hasta 60 km en las zonas montañosas de los continentes; los elementos más abundantes de esta capa son el silicio, el oxígeno, el aluminio y el magnesio. Las cortezas de la Tierra, nuestra luna, Mercurio, Venus y Marte han sido generadas por procesos ígneos, y estas cortezas son más ricas en elementos incompatibles que sus mantos subyacentes. También las lunas de otros planetas poseen cortezas formadas por procesos similares: por ejemplo, Ío, una luna de Júpiter, también posee una corteza formada por procesos ígneos.
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Tipos de corteza terrestre
Corteza oceánica, corteza continental y manto.
Existen dos tipos de corteza terrestre: la corteza oceánica y la corteza continental.
Corteza oceánica
La corteza oceánica cubre aproximadamente el 75% de la superficie planetaria. Es más delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel más inferior, llamado nivel III, linda con el manto en la discontinuidad de Mohorovicic; está formado por gabros, rocas plutónicas básicas. Sobre los gabros se sitúa el nivel II de basaltos, rocas volcánicas de la misma composición que los gabros, básicos como ellos; se distingue una zona inferior de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más superficial se basa en basaltos almohadillados, formados por una solidificación rápida de lava en contacto con el agua del océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I, formado por los sedimentos, pelágicos en el medio del océano y terrígenos en las proximidades de los continentes, que se van depositando paulatinamente sobre la corteza magmática una vez consolidada.
Corteza continental
Artículo principal: Corteza continental
La corteza continental es de naturaleza menos homogénea, ya que está formada por rocas con diversos orígenes. En ella predominan las rocas ígneas ácidas (como el granito por ejemplo) acompañadas de grandes masas de rocas metamórficas formadas por metamorfismo regional en los orógenos y extensamente recubiertas, salvo en los escudos, por sedimentarias muy variadas. En general, contiene más silicio y cationes más ligeros y, por tanto, es menos densa que la corteza oceánica.
Tiene también un grosor mayor y en la historia geológica se observa un aumento en su proporción respecto del total de corteza terrestre, ya que, por su menor densidad, es difícil que sus materiales sean sumergidos en el manto.
Capas terrestres, en un dibujo esquemático.
Se denomina corteza terrestre a la capa más superficial de la estructura de la Tierra; su espesor varía de 30 km, en el fondo oceánico, hasta 60 km en las zonas montañosas de los continentes; los elementos más abundantes de esta capa son el silicio, el oxígeno, el aluminio y el magnesio. Las cortezas de la Tierra, nuestra luna, Mercurio, Venus y Marte han sido generadas por procesos ígneos, y estas cortezas son más ricas en elementos incompatibles que sus mantos subyacentes. También las lunas de otros planetas poseen cortezas formadas por procesos similares: por ejemplo, Ío, una luna de Júpiter, también posee una corteza formada por procesos ígneos.
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Tipos de corteza terrestre
Corteza oceánica, corteza continental y manto.
Existen dos tipos de corteza terrestre: la corteza oceánica y la corteza continental.
Corteza oceánica
La corteza oceánica cubre aproximadamente el 75% de la superficie planetaria. Es más delgada que la continental y se reconocen en ella tres niveles. El nivel más inferior, llamado nivel III, linda con el manto en la discontinuidad de Mohorovicic; está formado por gabros, rocas plutónicas básicas. Sobre los gabros se sitúa el nivel II de basaltos, rocas volcánicas de la misma composición que los gabros, básicos como ellos; se distingue una zona inferior de mayor espesor constituida por diques, mientras que la más superficial se basa en basaltos almohadillados, formados por una solidificación rápida de lava en contacto con el agua del océano. Sobre los basaltos se asienta el nivel I, formado por los sedimentos, pelágicos en el medio del océano y terrígenos en las proximidades de los continentes, que se van depositando paulatinamente sobre la corteza magmática una vez consolidada.
Corteza continental
Artículo principal: Corteza continental
La corteza continental es de naturaleza menos homogénea, ya que está formada por rocas con diversos orígenes. En ella predominan las rocas ígneas ácidas (como el granito por ejemplo) acompañadas de grandes masas de rocas metamórficas formadas por metamorfismo regional en los orógenos y extensamente recubiertas, salvo en los escudos, por sedimentarias muy variadas. En general, contiene más silicio y cationes más ligeros y, por tanto, es menos densa que la corteza oceánica.
Tiene también un grosor mayor y en la historia geológica se observa un aumento en su proporción respecto del total de corteza terrestre, ya que, por su menor densidad, es difícil que sus materiales sean sumergidos en el manto.
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