LIZBETH FLORES DIAZ
EDGAR IRAN HERNADEZ DOMINGUEZ
ALVARO DOMINGUEZ GONZALEZ
GABRIEL ZARATE CONTRERAS
ROMAN PAREDES VALENCIA
JESSICA MONSERRAT GARCIA
GABRIELA LAGUNA PACHECO
jueves, 13 de noviembre de 2008
EL PÈTROLEO Y LA HUMANIDAD
El mundo comienza a sentir el peso que representa la dependencia de un producto, que con el paso del tiempo, se ha convertido en el objeto mas preciado para la vida humana, es como si el llamado oro negro hubiese sustituido el aire para la permanencia de la vida en los hijos de Dios.
Desde hace décadas, los países pobres tienen que venir cargando con el peso de una facturación petrolera, que ha puesto en aprieto a los presupuestos de dichas naciones; recientemente vimos al presidente dominicano, el doctor Leonel Fernández, utilizando el escenario de la ONU, para hacer una advertencia, sobre lo que significa esto, para nuestras economías.
Pero creemos es demasiado tarde, como para ablandar habichuelas, pues la realidad es que al petróleo lo han convertido en la vida misma, del que hay que depender para todo, sin que los que gobiernan hayan tomado decisiones serias para buscar nuevas alternativas, que le resten importancia a su comercialización y sus productores lo han entendido muy bien.
Sabemos que existen otras fuentes que podrían sustituir el mismo y así bajar la tensión que su dependencia genera, que se encamina a convertirse en un articulo de lujo, al cual ni los países ricos pueden acceder, es ahora cuando se comienza a sentir esta cruda realidad, que sobre las economías lanza el crudo y que ya está poniendo en serios problemas a los países en vía de desarrollo, como el nuestro.
Como algo inexplicable, los países sin saber cómo, ni por qué, han caído rendidos a los caprichos de las naciones productoras de petróleo y a pesar de sufrir la envestida de dichos carburantes, que prácticamente tienen a los gobiernos de rodilla, por su incidencia en la economía, pero inexplicablemente, repetimos, los gobiernos siguen como hipnotizados frente a este fenómeno de trascendencia mundial.
Estamos sujetos a una desestabilización en todos los órdenes, ya que por una simple garata que se forme en el Medio Oriente, o por una indisposición de los gobernantes de esos países productores, el único instrumento que ellos poseen para hacerse sentir es recurriendo a elevar el precio de su petróleo, pero a pesar de eso, a nadie se le ocurre iniciar un proyecto que para siempre nos quite de encima, el dolor de cabeza que significa la factura petrolera.
Se impone con urgencia, que las naciones se pongan en guardia y comiencen a buscar soltar esa dependencia, de lo contrario, tal y como lo manifestaba en las Naciones Unidas, el presidente nuestro, una enorme hambruna se apoderara de los humanos y las consecuencias serán catastróficas para la humanidad.
La difícil situación que ya esta generando el alto precio del petróleo, pone en aprieto hasta a las naciones ricas y desarrolladas, el mejor ejemplo es Los Estados Unidos, a donde su impacto se siente y manifiesta en el desenvolvimiento económico de las familias, las que en ocasiones han llegado a pagar cerca de US5.00 dólares, por una galón de leche y a donde todos los alimentos se han disparado, en sus precios.
Peor no puede ser el panorama que están viviendo nuestros pobres pueblos, como consecuencia de los altos precios de los distintos derivados del petróleo, ya que los gobiernos tienen que dedicar casi la mitad de un presupuesto, tan sólo para comprar esto que como dijimos al principio, se ha convertido en el oxigeno para la vida de la gente.
Nadie puede explicar por qué se ha tenido que llegar a esa triste realidad, cuando con el avance de la tecnología y el desarrollo de la ciencia, ya hace tiempo que las grandes naciones debieron buscar otros elementos, que puedan sustituir estos combustibles y dejárselos a sus productores, para que hagan con ellos lo que mejor les parezca, pues la verdad es que, al ritmo que vamos, las naciones sólo trabajaran para que los gobiernos compren petróleo, para que un grupito en el mundo se haga cada vez mas rico, en base al empobrecimiento de la mayoría.
Es tiempo de empezar a sacarle el cuerpo a los que usan sus riquezas petroleras para ahogar a los países pobres, no podemos seguir siendo indiferentes ante los desafíos que hacia el futuro representa la compra de combustibles, es hora de apelar a la capacidad de los grandes hombres, para buscar otros recursos que le quiten la supremacía que exhibe el comercio del mismo.
La humanidad no puede continuar expuesta a los intereses de un producto único, tenemos que partir de la tesis, de que el hombre descubrió el fuego, por la necesidad de combatir el frío y hoy tenemos la imperante necesidad de desprendernos de esta criminal dependencia, que nos impone el petróleo, la tierra tiene todos los elementos necesarios para que el hombre sobreviva y no podemos circunscribirnos a un solo renglón, esto sería condenarnos a la extinción involuntaria, para mantener muy bien a unos cuantos.
Desde hace décadas, los países pobres tienen que venir cargando con el peso de una facturación petrolera, que ha puesto en aprieto a los presupuestos de dichas naciones; recientemente vimos al presidente dominicano, el doctor Leonel Fernández, utilizando el escenario de la ONU, para hacer una advertencia, sobre lo que significa esto, para nuestras economías.
Pero creemos es demasiado tarde, como para ablandar habichuelas, pues la realidad es que al petróleo lo han convertido en la vida misma, del que hay que depender para todo, sin que los que gobiernan hayan tomado decisiones serias para buscar nuevas alternativas, que le resten importancia a su comercialización y sus productores lo han entendido muy bien.
Sabemos que existen otras fuentes que podrían sustituir el mismo y así bajar la tensión que su dependencia genera, que se encamina a convertirse en un articulo de lujo, al cual ni los países ricos pueden acceder, es ahora cuando se comienza a sentir esta cruda realidad, que sobre las economías lanza el crudo y que ya está poniendo en serios problemas a los países en vía de desarrollo, como el nuestro.
Como algo inexplicable, los países sin saber cómo, ni por qué, han caído rendidos a los caprichos de las naciones productoras de petróleo y a pesar de sufrir la envestida de dichos carburantes, que prácticamente tienen a los gobiernos de rodilla, por su incidencia en la economía, pero inexplicablemente, repetimos, los gobiernos siguen como hipnotizados frente a este fenómeno de trascendencia mundial.
Estamos sujetos a una desestabilización en todos los órdenes, ya que por una simple garata que se forme en el Medio Oriente, o por una indisposición de los gobernantes de esos países productores, el único instrumento que ellos poseen para hacerse sentir es recurriendo a elevar el precio de su petróleo, pero a pesar de eso, a nadie se le ocurre iniciar un proyecto que para siempre nos quite de encima, el dolor de cabeza que significa la factura petrolera.
Se impone con urgencia, que las naciones se pongan en guardia y comiencen a buscar soltar esa dependencia, de lo contrario, tal y como lo manifestaba en las Naciones Unidas, el presidente nuestro, una enorme hambruna se apoderara de los humanos y las consecuencias serán catastróficas para la humanidad.
La difícil situación que ya esta generando el alto precio del petróleo, pone en aprieto hasta a las naciones ricas y desarrolladas, el mejor ejemplo es Los Estados Unidos, a donde su impacto se siente y manifiesta en el desenvolvimiento económico de las familias, las que en ocasiones han llegado a pagar cerca de US5.00 dólares, por una galón de leche y a donde todos los alimentos se han disparado, en sus precios.
Peor no puede ser el panorama que están viviendo nuestros pobres pueblos, como consecuencia de los altos precios de los distintos derivados del petróleo, ya que los gobiernos tienen que dedicar casi la mitad de un presupuesto, tan sólo para comprar esto que como dijimos al principio, se ha convertido en el oxigeno para la vida de la gente.
Nadie puede explicar por qué se ha tenido que llegar a esa triste realidad, cuando con el avance de la tecnología y el desarrollo de la ciencia, ya hace tiempo que las grandes naciones debieron buscar otros elementos, que puedan sustituir estos combustibles y dejárselos a sus productores, para que hagan con ellos lo que mejor les parezca, pues la verdad es que, al ritmo que vamos, las naciones sólo trabajaran para que los gobiernos compren petróleo, para que un grupito en el mundo se haga cada vez mas rico, en base al empobrecimiento de la mayoría.
Es tiempo de empezar a sacarle el cuerpo a los que usan sus riquezas petroleras para ahogar a los países pobres, no podemos seguir siendo indiferentes ante los desafíos que hacia el futuro representa la compra de combustibles, es hora de apelar a la capacidad de los grandes hombres, para buscar otros recursos que le quiten la supremacía que exhibe el comercio del mismo.
La humanidad no puede continuar expuesta a los intereses de un producto único, tenemos que partir de la tesis, de que el hombre descubrió el fuego, por la necesidad de combatir el frío y hoy tenemos la imperante necesidad de desprendernos de esta criminal dependencia, que nos impone el petróleo, la tierra tiene todos los elementos necesarios para que el hombre sobreviva y no podemos circunscribirnos a un solo renglón, esto sería condenarnos a la extinción involuntaria, para mantener muy bien a unos cuantos.
el petroleo
El Petróleo
Aunque se ha formado el petróleo en épocas milenarias, se lo comienza a utilizar hace unos 200 años.
El petróleo es una sustancia oleosa de color muy oscuro compuesta de hidrógeno y carbono, y se lo llama hidrocarburo. Puede hallarse en estado líquido o en estado gaseoso. En estado líquido es llamado aceite "crudo", y en estado gaseoso, gas natural. Su origen es de tipo orgánico y sedimentario. Se formó como resultado de un complejo proceso físico-químico en el interior de la tierra, que, debido a la presión y las altas temperaturas, se van descomponiendo las materias orgánicas que estaban formadas especialmente por fitoplancton y el zooplancton marinos, así como por materia vegetal y animal, que se fueron depositando en el pasado en lechos de los grandes lagos, mares y océanos. A esto se unieron rocas y mantos de sedimentos. A través del tiempo se transformó esta sedimentación en petróleo y gas natural.
En 1852, el físico y geólogo canadiense Abraham Gessner logró una patente para conseguir del petróleo crudo un combustible para lámparas, el queroseno. En 1955, el químico estadounidense Benjamín Silliman hizo una publicación sobre los derivados útiles que se podían obtener de la destilación del petróleo.
La industria petrolera comienza en 1859, cuando Edwin L. Drake perforó el primer pozo para extraer petróleo, con la finalidad de obtener abundante kerosene para la iluminación. En Rusia se perforaron los primeros pozos entre 1806 y 1819. En Canadá y en Alemania comenzaron las perforaciones en 1857.
Se lo comercializó por primera vez en 1850, cuando Samuel Kier, un boticario de Pittsburg, Pennsylvania (EE.UU.), lo vendía con el nombre de "aceite de roca" o "petróleo".
Más adelante comenzó a explotarse la industria del petróleo, que fue avanzando cada vez más hasta convertirse en elemento esencial para el desarrollo industrial y económico actual. El de mejor calidad es el llamado "liviano".
Los principales productores son el Reino Unido, Noruega, México, Rusia y Estados Unidos, que es el mayor consumidor. Los países árabes tienen una gran reserva petrolífera, que está en la mira de los países "desarrollados".
El petróleo constituye una de los más importantes materias primas que se negocian, con precios regulados internacionalmente.
Se encuentra en el subsuelo de ciertas zonas de la tierra, a diferentes profundidades.
La perforación se realiza con equipos integrados por:
Torre de perforación o taladro
Tubería o "sarta" de perforación
Brocas que perforan el subsuelo
Malacate
Sistema de lodos que bombea, inyecta y saca a la superficie el material sólido de la perforación.
Sistema de cementación.
Fuerza motriz para perforar
El petróleo posee una gran variedad de compuestos, que hacen que se realicen más de 2.000 productos.
El petróleo se puede clasificar en parafínico, nafténico, asfáltico o mixto y aromático.
Los derivados son combustibles y petroquímicos, como polietileno. Se citan, entre otros:
Gasolina
Kerosene
Gas Oil
Gas propano
Bencina
Fuel Oil
Disolventes
Asfalto
Polietileno
Alquitrán
Ceras
Parafinas
Naftas
Gas natural
Benceno
Estos combustibles causan contaminación por la producción, por el transporte y por el uso, y se ha alertado sobre los peligros de la lluvia ácida, el efecto invernadero y los vertidos en los mares u océanos.
Aunque se ha formado el petróleo en épocas milenarias, se lo comienza a utilizar hace unos 200 años.
El petróleo es una sustancia oleosa de color muy oscuro compuesta de hidrógeno y carbono, y se lo llama hidrocarburo. Puede hallarse en estado líquido o en estado gaseoso. En estado líquido es llamado aceite "crudo", y en estado gaseoso, gas natural. Su origen es de tipo orgánico y sedimentario. Se formó como resultado de un complejo proceso físico-químico en el interior de la tierra, que, debido a la presión y las altas temperaturas, se van descomponiendo las materias orgánicas que estaban formadas especialmente por fitoplancton y el zooplancton marinos, así como por materia vegetal y animal, que se fueron depositando en el pasado en lechos de los grandes lagos, mares y océanos. A esto se unieron rocas y mantos de sedimentos. A través del tiempo se transformó esta sedimentación en petróleo y gas natural.
En 1852, el físico y geólogo canadiense Abraham Gessner logró una patente para conseguir del petróleo crudo un combustible para lámparas, el queroseno. En 1955, el químico estadounidense Benjamín Silliman hizo una publicación sobre los derivados útiles que se podían obtener de la destilación del petróleo.
La industria petrolera comienza en 1859, cuando Edwin L. Drake perforó el primer pozo para extraer petróleo, con la finalidad de obtener abundante kerosene para la iluminación. En Rusia se perforaron los primeros pozos entre 1806 y 1819. En Canadá y en Alemania comenzaron las perforaciones en 1857.
Se lo comercializó por primera vez en 1850, cuando Samuel Kier, un boticario de Pittsburg, Pennsylvania (EE.UU.), lo vendía con el nombre de "aceite de roca" o "petróleo".
Más adelante comenzó a explotarse la industria del petróleo, que fue avanzando cada vez más hasta convertirse en elemento esencial para el desarrollo industrial y económico actual. El de mejor calidad es el llamado "liviano".
Los principales productores son el Reino Unido, Noruega, México, Rusia y Estados Unidos, que es el mayor consumidor. Los países árabes tienen una gran reserva petrolífera, que está en la mira de los países "desarrollados".
El petróleo constituye una de los más importantes materias primas que se negocian, con precios regulados internacionalmente.
Se encuentra en el subsuelo de ciertas zonas de la tierra, a diferentes profundidades.
La perforación se realiza con equipos integrados por:
Torre de perforación o taladro
Tubería o "sarta" de perforación
Brocas que perforan el subsuelo
Malacate
Sistema de lodos que bombea, inyecta y saca a la superficie el material sólido de la perforación.
Sistema de cementación.
Fuerza motriz para perforar
El petróleo posee una gran variedad de compuestos, que hacen que se realicen más de 2.000 productos.
El petróleo se puede clasificar en parafínico, nafténico, asfáltico o mixto y aromático.
Los derivados son combustibles y petroquímicos, como polietileno. Se citan, entre otros:
Gasolina
Kerosene
Gas Oil
Gas propano
Bencina
Fuel Oil
Disolventes
Asfalto
Polietileno
Alquitrán
Ceras
Parafinas
Naftas
Gas natural
Benceno
Estos combustibles causan contaminación por la producción, por el transporte y por el uso, y se ha alertado sobre los peligros de la lluvia ácida, el efecto invernadero y los vertidos en los mares u océanos.
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